La reciente encuesta hecha pública por Galicia Bilingüe revela claramente cuál es la opinión de los gallegos sobre el uso del idioma autonómico. La absoluta mayoría rechaza cualquier tipo de imposición y el uso político que pretende hacer el nacionalismo del gallego como instrumento disgregador y de conflicto para enfrentarse a España.
Para empezar el 80% de la población gallega se muestra a favor de que sean los padres, o los alumnos cuando tengan capacidad decisoria, quienes elijan el modelo lingüístico de enseñanza. Es más el 87% cree que se debería poder recibir la enseñanza en castellano en cualquier parte de España si así lo desea el ciudadano, y el 61% entiende que los estudiantes castellanohablantes llegados de fuera de Galicia tendrían que recibir las clases en español, y el gallego, como asignatura de iniciación.
El 60% de la población se inclina porque los funcionarios de los organismos públicos se expresen en la lengua que prefiera el administrado, y un porcentaje aún mayor, de casi el 68%, defiende que la señalización en carreteras o calles, así como la de cualquier cartel informativo de este tipo, figure en los dos idiomas. Con respecto a esta última cuestión, sólo un 12,42% apoya la situación actual, con el uso exclusivo del gallego.
Cerca de la mitad de los entrevistados entienden que el uso de la lengua gallega, para la adjudicación de un contrato público a una empresa privada, debería pesar menos que la calidad de los servicios en cuestión y que el precio ofertado. Y dos de cada tres ciudadanos se declaran contrarios a la obligatoriedad del uso del gallego en el comercio y rechazan, por lo tanto, las imposiciones que recoge el anteproyecto de ley elaborado por la Consellería de Innovación e Industria de la Xunta de Galicia, que desea seguir los pasos de la inmersión lingüística que experimenta Cataluña.
Sin embargo la sociedad gallega se encuentra atenazada por la pinza nacionalista.
Por un lado, desde el poder, el bipartido formado por PSdeG y BNG, desprecia la voluntad popular y legisla para excluir el español de las aulas imponiendo la enseñanza en gallego. Legisla para obligar a la fuerza a los comerciantes a usar el gallego en vez del español y usa el chantaje de las subvenciones a para asegurarse que empresas o colectivos sociales se cuiden de usar el gallego y no el español, si quieren recibir ayudas públicas. En el ámbito municipal, donde PSdG y BNG tienen mayoría, se aprueban ordenanzas, como ha sucedido en El Grove o Ferrol para que sólo sea el gallego el idioma del municipio.
Por otro lado, desde los sectores del separatismo más radical, se encargan de coaccionar a quienes defienden la libertad de usar el español en Galicia. Atacan los autobuses de Galicia Bilingüe o intentan reventar sus actos, para silenciar la autentica voz de la sociedad gallega. O llenan con total impunidad las calles de sus consignas y dejan muy claro con sus pintadas cual es su idea sobre la Galicia que quieren imponer.
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