Zapatero ya prepara el ‘estatut’ vasco

Conociendo como conocemos a Zapatero, evidentemente no nos sorprende que su fórmula para desactivar el referéndum de autodeterminación de Ibarreche sea conceder al PNV lo que pide. Total como a los españoles les importa un bledo suicidarse, porque así de imbécil ha resultado nuestra generación, pues para que se va a parar en chiquitas.

El caso es que el nuevo cabecilla del PNV, Urkullu, con motivo de ese aquelarre nacionalista que llaman el día de la Patria Vasca ha dejado ver un posible pacto con el PSOE para romper “el bloqueo político” y dar un gran paso que conduzca a más autogobierno en el País Vasco.

El PNV propone, como en Cataluña, “un acuerdo singular” para poder “volver a dar un nuevo paso de gigante en el autogobierno”, afirmó Urkullu, refiriéndose a la estrategia que siguen los nacionalistas desde la época de la elaboración de la Constitución de 1978, consistente en ir avanzando poco a poco hacía sus objetivos independentistas aprovechándose de su posición “bisagra” en el Congreso, de su dominio de las instituciones autonómicas, de las constantes transferencias de poder y de la debilidad de los dos grandes partidos nacionales, incapaces de unirse para plantar cara al nacionalismo.

Con Zapatero en Madrid ha sonado de nuevo la hora de organizar otro asalto contra la unidad de España, que desde luego el PSOE está más que dispuesto a consentir. Ibarreche ha abogado por la no subordinación a España desde el reconocimiento “real y objetivo” del pueblo vasco como sujeto político y del ejercicio de su derecho a decidir es el “objetivo político” a conseguir.

El portavoz de la Ejecutiva y secretario de Organización del PSE-EE, Rodolfo Ares, aseguró que resulta evidente que el PNV “intenta modular su discurso” y deseó que triunfe uno “que permita consensos entre diferentes”(sic).

Así el pacto con el PNV queda abierto sobre la base de un nuevo pacto antiterrorista, basado, -como no- en el dialogo con todas las fuerzas vascas, según ha informado el pasado fin de semana El País. Y tras el pacto, que excluirá al PP, dado que su contenido es inaceptable, se abrirá la reforma de Estatuto de Guernica, para seguir los pasos del catalán y reconocer que las Vascongadas también son una nación, eso sí, todo r”espetando las reglas de juego y en el marco de la Constitución”, que por lo que se ve a la pobre le cabe de todo, por todos los sitios.