El principal argumento del PSOE durante esta campaña ha sido que hay que votar a Zapatero para que no gobierne el PP. Pero no se trata de votar contra la derecha, ese ha sido el principal argumento que los socialistas han sacado cada vez que se ha criticado una actuación del gobierno, una contestación que no ha venido de la mano de la razón y mucho menos del dialogo, sino de exabrupto y del latiguillo “que viene la extrema derecha”, que lo mismo sirve para encubrir las cesiones a ETA, que para tapar el agujero del Carmelo o los socavones del AVE en Barcelona o las trolas de algún ministro en su biografía personal. No se trata de votar en contra de nadie, sino de votar a favor del proyecto que más puede beneficiar a España, a todos los españoles, al bien común.
Y ese no es el proyecto de Zapatero, su victoria significará más concesiones a los nacionalismos y como consecuencia una agudización del conflicto territorial que vivimos y que se ha radicalizado durante esta legislatura en la que el separatismo se ha convertido en la principal amenaza para la estabilidad de España. Supondrá un retroceso para la igualdad entre todos los españoles y un recorte en las libertades, como todos hemos podido comprobar en el caso del uso de la lengua en Cataluña, Galicia o Vascongadas. Y por supuesto votar a Zapatero, supone votar a favor de negociar con ETA y la izquierda aberzale.
Votar a Zapatero implica votar por el enfrentamiento del gobierno con la Iglesia, pues la campaña socialista ha estado llena de amenazas y anuncios de medidas en contra de los católicos encaminadas a la implantación de un estado laicista que es bien diferente de un estado aconfesional.
Votar a Zapatero supone apoyar que España sigua siendo un coladero para la inmigración ilegal y que los inmigrantes se aprovechen de todas las ventajas de nuestro sistema social, sin contraprestación equivalente ni esfuerzo alguno para la integración.
No nos podemos permitir una sociedad dividida en dos bandos y votar a Zapatero implica exactamente eso. No podemos tolerar un gobierno que legisle con contra de media España, deseamos un gobierno que legisle para todos los españoles y no pretenda imponer a los demás su visión de la vida, o demonice a quinen tenga el atrevimiento de oponerse públicamente a sus intenciones.
No queremos ver de nuevo a España dividida entre buenos y malos, ni que el esfuerzo común de estos últimos 80 años se tire pro la borda por culpa de un irresponsable criado en la propaganda sectaria.
Queremos una España unida en la que los dos grandes partidos se entiendan en los asuntos de Estado, y para lograr ese nuevo entendimiento Zapatero es un obstáculo insalvable. Por el bien de la derecha, por el bien de la izquierda, por el bien de todos, el domingo no votes en contra de España.
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