El objetivo de esta web es alertar a la durmiente población española del alarmante crecimiento de la violencia ultra izquierdista al servicio del gobierno de ZP. Cuando en una nación, la oposición está en listas de asesinos que coinciden en orientación ideológica con el gobierno no cabe duda que se vive una situación de TERRORISMO DE ESTADO. El “buenísmo” aparente de ZP es una venda en los ojos de quienes no quieren ver que la impunidad, indultos y publicidad en medios de la que gozan los terroristas de la ultra izquierda no son si no un refuerzo en la política anti-nacional de Zapatero. Desde esta web nos proponemos recopilar todas las agresiones e informaciones que los diarios pro- gubernamentales del Grupo Prisa silencian. Esperamos la colaboración de todos los anticomunistas, patriotas o amantes de la libertad que deseen denunciar esta lacra, enviarnos las noticias al e-mail.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Agresiones gratuitas sin consecuencias.

Ésto es lo que está siendo un habitual en la campaña electoral, agresiones, insultos, amenazas y todo desde la inmunidad de un gobierno que ampara y fomenta este tipo de actividades.

La campaña electoral comenzó con un nuevo espectáculo de «tensión» y «dramatismo», esta vez ofrecido por un nutrido grupo de manifestantes de izquierdas que intentó agredir a la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y a dos de sus consejeros durante la visita que realizaban al Hospital de Parla.

La comitiva popular fue recibida a las puertas del centro por unas 150 personas que portaban pancartas de queja contra la Comunidad de Madrid y a favor de la sanidad pública. Intentaban cerrar a toda costa el paso al grupo del PP, que pretendía entrar por la puerta principal del centro para realizar el recorrido por las instalaciones. Pese a los impedimentos, el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, decidió bajarse finalmente del coche oficial, momento en el que los manifestantes intentaron agredirle, mientras le insultaban y le llamaban «chulo».
Después fue el secretario general del PP de Madrid y consejero de Presidencia e Interior, Francisco Granados, el que recibía el mismo trato, llegando a ser zarandeado y escupido. A la vista de los hechos, Esperanza Aguirre, que lideraba la comitiva, tuvo que cambiar sus planes sobre la marcha y realizar su entrada y salida del hospital por la puerta de atrás, cercana a la autovía A-42.

Para poder contener a la muchedumbre, que seguía empujando, gritando y escupiendo, y ante la pasividad de los agentes locales, tuvo que intervenir la Policía Nacional y una dotación de antidisturbios, además de los escoltas personales del grupo. Tras conseguir aislar a los violentos, y cubrir a los consejeros de Presidencia e Interior y Sanidad, se pudo desarrollar el acto con normalidad. Gracias a los escoltas, y «no a la Policía Local, que ha estado un rato mirando y sin intervenir -puntualizó Granados-, no he recibido estopa de verdad». Después, en otro acto que tenía a continuación en la Academia de Policía Local, Granados ironizó sobre la situación diciendo que había recibido «una dosis de talante en el Hospital de Parla, una dosis de tensión, buen rollo, tolerancia y dramatismo. He recibido lo que nos tenía preparado el alcalde de Parla, la España de la crispación, tensión y agresión continua por parte de los que consideran que tienen que pasar a la violencia», manifestó. «Ha sido un espectáculo bochornoso el que he vivido».
El municipio, feudo del PSOE

El consejero de Presidencia de la Comunidad culpó directamente al alcalde del municipio y secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, de haber organizado la protesta, y de haber intentado también que no se llegara a realizar siquiera la visita al Hospital. Hay que recordar que la nueva institución está ubicada en un feudo tradicional del PSOE, y que el día anterior Gómez había interpuesto un recurso ante la Junta Electoral Central contra la visita que finalmente realizó Aguirre.

Los motivos ofrecidos para explicar su ausencia por el regidor parleño en el Ayuntamiento de la localidad, justo media hora antes de la visita, es que ésta era una «inauguración» en toda «regla» en plena campaña electoral. Según Gómez, «la legislación es clara y tajante, y en periodo electoral no se pueden realizar inauguraciones. Esperanza Aguirre no hace campaña con los actos de su partido político. Esperanza Aguirre hace campaña con actos institucionales». «Quiero decirle a Esperanza Aguirre que no todo vale en política y ya inauguró el Hospital de la ciudad de Parla hace ocho meses, cuando se iban a celebrar elecciones autonómicas y municipales», afirmó.
Dicho esto, y tras hacerse públicas las acusaciones vertidas contra él por Granados, pidió que tanto éste como Güemes le presentaran sus «disculpas», y anunció que estaba estudiando encargar al servicio jurídico del PSM-PSOE una demanda contra ellos por lo dicho sobre su persona.

Cambio en el tipo de agresor

El ajetreado primer día de campaña se convierte también en el cuarto intento de agresión realizado a personalidades de la oposición al Gobierno antes de las elecciones del 9-M. Primero fueron las populares María San Gil y Dolores Nadal, y después vino el sufrido por Rosa Díez (UPyD). Aunque finalmente no lo lograron, ayer le tocaba el turno a Esperanza Aguirre.
Sin embargo, este incidente supone un punto de inflexión en el tipo o la procedencia de los agresores. De esta forma, si en anteriores ocasiones fueron realizadas en su mayor parte por estudiantes universitarios de ultraizquierda o independentistas, émulos de los «borrokas», en ésta es muy significativo que entre las personas que se encontraban ayer a las puertas del hospital hubiera sindicalistas críticos con la política sanitaria de Aguirre y simpatizantes de la Unión Cívica por la República, que protestaban contra la Comunidad, mientras ondeaba banderas tricolores y gritaban «esta es la bandera, la verdadera».
«Ganar en contundencia»

También tuvo un recuerdo para San Gil y Nadal el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Antonio Beteta, quien además de exigir la «inmediata» actuación de la Fiscalía General del Estado concluyó que «la crispación alentada desde el PSOE se ve que está teniendo resultado». Los socialistas, aseguró, «no tienen inconveniente en contribuir a esa tensión que pedía Zapatero». El altercado de ayer se produce tras la difusión por este periódicos de la consigna distribuida por el PSOE entre sus candidatos bajo el título «Líneas de discurso para la campaña». El manuscrito lo dice muy claro: ordena a los políticos socialistas que califiquen al PP como un «búnker de extrema derecha» y que se apele a las «emociones» en la campaña. Ferraz ya advertía a los suyos: «Debemos apelar en nuestra campaña al voto emocional» para, en teoría, movilizar a la izquierda ante las urnas. «Tensión» y «dramatismo» se produjeron en el primer día de la campaña electoral, una jornada que a punto estuvo de acabar en una desgracia personal.

¿VAMOS A SEGUIR PERMITIENDO ESTO?


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